sábado, 11 de febrero de 2012
Notas de mi cuaderno loro, de cuando tenía 17 años
Esperando un nombre:
"Estoy sentado en un parque, en la banca de un parque, escucho, sólo escucho el ruido de los autos, el trinar de los pájaros, la gente pasar y a los niños llorar. Escucho el vuelo de un avión y me pregunto quién eres, quién fuiste, dónde estás, cómo estás. Lo único que tengo por respuesta es, a lo lejos, música clásica que alguien ha puesto; es hermosa e inentendible como el hecho de ser escuchada en medio de un parque, en medio de una extraña ciudad gris, neblinosamente gris.
La música llena cada vez más el espacio y con ese marco, escucho unos tacones lejanos, almodorvianos, que se acercan más fuertes cada vez. Alzo la vista y veo una mujer entrada en años, digna y elegante, sin miedo a lo que vendrá, porque supo aceptar lo que vino, segura del paso del tiempo.
Ha pasado el tiempo y veo el correr de una niña riendo, empujando un coche con un bebé dentro, la música toma un fa bemol circunspecto y la niña corre con el bebé dentro.El bebé crecerá, nosotros seguimos creciendo.
La niña corre para un lado, la mujer entrada en años para el otro. Las dos tienen el mismo fin, tendrán el mismo fin. En fin, nosotros también.
Un hombre camina lento, lentísimo, delante mío. Se ayuda con un bastón, se le ve cansado, quiere llegar...
lo pasa raudamente una bicicleta y una motocicleta, el hombre cansado se cansa más. Llegará a su destino? Llegarás?
Me senté en el lado izquierdo de una banca, el derecho... vacío.
Me senté para escribirte algo alegre, preguntarte cómo estás. Sin querer empecé a ver la vida, empecé a ver la verdad. Quise contarte como estaba, que estoy haciendo, pero vi una niña riendo, a una mujer caminando y música sonando.
Entiende que la vida está allá, está acá. En cada rincón, en cada cajón, en la motocicleta rodando, en la niña corriendo y el bebé dentro riendo."
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