martes, 15 de junio de 2010

Confesión 1:
7 vidas por vivir.
¡Pamplinas!
No creo en la reencarnación, sobre todo como excusa para huir de los compromisos de la vida.

‘‘No puedo’’, ‘‘No es el momento’’, ‘‘No, no, no’’.
Es muy fácil encerrarse en una caparazón de auto compasión y culpar al otro.
¡Que aburrido!

Ahora es cuando. Hoy, en este momento.

No te escapes pensando en que mañana sí lo harás.
Nadie dice que sea sencillo, pero es lo que hay.

Miráme, aparentemente lo tengo muy fácil:
Soy un gato urbano, vivo en un piso con terraza con vistas fantásticas, en el barrio de Grácia, cerca de los cines Verdi y tengo el sustento asegurado.

Por otro lado la mayoría de personas odia que cruce frente a ellas porque soy negro y dicen que eso da mala suerte.
Cada vez que veo mi reflejo no me reconozco como especie ya que nunca he visto otro gato.
Cada día como lo mismo.
Y estoy capado.

Pero no me lamento de nada. Ni sufro. Es lo que me toca. Punto.

Prefiero invertir mi energía en comprometerme con la vida, que en pensar e imaginar que vivo.
Te lo recomiendo.

Vive como si esta fuese la única vida que te toca.
Da igual si crees o no en la reencarnación.
Hazme caso, no vaya a ser que en tu próxima vida reencarnes como un animal invertebrado.
Uno nunca sabe.

Miau.