jueves, 23 de febrero de 2012

Irma y Pepe cumplen 40 años de casados



Hoy Irma y Pepe cumplen 40 años de casados. Irma y Pepe son mis papás. Pero también son Irma y Pepe, un par de jóvenes que se unieron un 23 de febrero en Lima limón. En la fotos del enlace todos salen con unos bronceados imposibles y dicen que la fiesta fue de rompe y raja. Para comer había hasta 3 clases de ceviche que los invitados saboreaban al son de cajón y guitarra. Vamos, una fiesta inolvidable en la canícula del verano, regada con abundante cerveza bien fría.

Yo soy pepito, el primogénito. Aquí me ven con mis papás en un viaje a Tarma, la ciudad donde nació mi mamá. De ese viaje lo único que recuerdo es una noche en que estábamos al lado de un río, contemplando el luminoso tintinear de las luciérnagas. Fue una experiencia inolvidable.

Con el tiempo llegó de París mi hermano Daniel y luego de muuuuuchooooo tiempo llegó mi hermana Jazmín (yo ya sabía que los niños no venían de París). Mi primer pensamiento cuando me enteré de la inminente llegada de mi hermana fue el de la división de mis territorios. Es que con mi hermano Daniel nos habíamos repartido la casa mitad y mitad. Entre tres la cosa se complicaba. Sin embargo todo salió bien y crecimos sanos y fuertes, salvo un día que metí literalmente la pata, metí el pie en un olla de agua hirviendo y me quemé. Ah! y otro día que caí rodando por las escaleras y otro día que rompí los labios jugando béisbol y otro que estando en el autobús lleno de gente a reventar me empezaron a dar gases...mejor lo dejamos ahí.

Con el tiempo inevitablemente hemos crecido: mi hermano se ha casado y ya tiene un niño, yo también me he casado, supongo que mi hermana pequeña seguirá la misma senda. Ya no correteamos como antaño en el parque, ni subimos a los árboles, ni ponemos detergente en los caramelos, ni cambiamos de carrete para seguir tomando fotos.

Sin embargo aún hay luciérnagas junto al río, aún existen los bronceados imposibles, las fiestas de rompe y raja, el ceviche y sobre todo aún existen los 23 de febrero: Un día donde mis papás son Irma y Pepe  y celebran su aniversario.  Un día donde soy pepito el primogénito. Un día para sonreír y ser feliz.

sábado, 11 de febrero de 2012

Notas de mi cuaderno loro, de cuando tenía 17 años




Esperando un nombre:
"Estoy sentado en un parque, en la banca de un parque, escucho, sólo escucho el ruido de los autos, el trinar de los pájaros, la gente pasar y a los niños llorar. Escucho el vuelo de un avión y me pregunto quién eres, quién fuiste, dónde estás, cómo estás. Lo único que tengo por respuesta es, a lo lejos, música clásica que alguien ha puesto; es hermosa e inentendible como el hecho de ser escuchada en medio de un parque, en medio de una extraña ciudad gris, neblinosamente gris.
La música llena cada vez más el espacio y con ese marco, escucho unos tacones lejanos, almodorvianos, que se acercan más fuertes cada vez. Alzo la vista y veo una mujer entrada en años, digna y elegante, sin miedo a lo que vendrá, porque supo aceptar lo que vino, segura del paso del tiempo.
Ha pasado el tiempo y veo el correr de una niña riendo, empujando un coche con un bebé dentro, la música toma un fa bemol circunspecto y la niña corre con el bebé dentro.El bebé crecerá, nosotros seguimos creciendo.
La niña corre para un lado, la mujer entrada en años para el otro. Las dos tienen el mismo fin, tendrán el mismo fin. En fin, nosotros también.
Un hombre camina lento, lentísimo, delante mío. Se ayuda con un bastón, se le ve cansado, quiere llegar...
lo pasa raudamente una bicicleta y una motocicleta, el hombre cansado se cansa más. Llegará a su destino? Llegarás?
Me senté en el lado izquierdo de una banca, el derecho... vacío.
Me senté para escribirte algo alegre, preguntarte cómo estás. Sin querer empecé a ver la vida, empecé a ver la verdad. Quise contarte como estaba, que estoy haciendo, pero vi una niña riendo, a una mujer caminando y música sonando.
Entiende que la vida está allá, está acá. En cada rincón, en cada cajón, en la motocicleta rodando, en la  niña corriendo y el bebé dentro riendo."

sábado, 4 de febrero de 2012

La partida es el nacimiento

De ahí parte todo. De ese primer llanto que damos al venir al mundo. Zas!!! Un tijeretazo y se corta el cordón umbilical que nos unía al útero protector. Ya llegamos ¿Y ahora qué? Estamos en el punto de partida de lo que será el resto de nuestra vida, las posibilidades infinitas, podemos ir hasta la Luna o al fondo del mar en busca del Nautilius si queremos. Ya depende de los pasos que demos y evidentemente aún no sabemos ni gatear. Tiempo al tiempo. Ahora basta con saber que hemos llegado, en breve dejaremos de llorar y abriremos los ojos para ver claramente a dónde queremos ir.
Algún día, seguro nos volveremos a encontrar con nuestra partida de nacimiento, recordaremos de donde venimos, recordaremos dónde queríamos ir, veremos si hemos llegado y quizá nos vuelvan a dar ganas de llorar.