miércoles, 20 de octubre de 2010


La personas se reflejan en mí.
Para muchos es monstruoso y para otros morboso.
Posan su mirada en mí.
Y de pronto se ven.
Viene un niño y ríe.
Viene un adulto y llora.
Viene una mujer y me escupe en la cara.

Tengo gran éxito.
Dicen que soy una de las grandes atracciones del circo .

Pero yo no hago nada.
Sólo me siento en mi banco de madera.
Y espero al público.
Sin ellos no habría reflejo.
No habría atracción.
No habría circo.

martes, 7 de septiembre de 2010


Miguel y Ángel nacieron con 2 años de diferencia. Cada uno creció por separado y tuvieron una infancia común y corriente. Hasta que irrumpió en sus vidas la maravillosa Alicia. Quien los unió para siempre. Literalmente.

Miguel y Ángel querían estar con Alicia.

Pero Alicia no sabía por quién decidirse. Le gustaba el buen humor y la simpatía de Miguel pero no dejaba de apreciar la inteligencia y la audacia de Ángel.

Miguel la hacía reír, Ángel reflexionar.

Difícil elección.

Hasta que un día medio en broma Miguel sugirió unir sus cuerpos para Alicia.

Ángel caviló las probabilidades. Era posible clínicamente.

Los tres consultaron con Vicente el “Vidente de lo Evidente”, quien aprobó la unión nada más ver que era imposible un no por respuesta.

Hecho esto Miguel y Ángel se entregaron a los mejores especialistas en serrar, abrir, trepanar, seccionar, extirpar y zurcir.

La operación fue éxito.

Desde ese día Miguel y Ángel, unidos por el tórax, comparten, en sorprendente armonía y salud, pulmones, hígado, riñón y por supuesto a Alicia.

Ahora Miguel y Ángel trabajan en un circo y son muy felices, ya que son:

Los únicos siameses por elección.

Mañana saldrá el sol.
Evidente no?

Pues eso es lo que quieren mis clientes:

La certeza de que mañana volverá a salir el sol que los despertará, para ir luego al trabajo de toda la vida. El cual les brinda el dinero para irse de vacaciones al lugar de siempre.

Esta clase de clientes prefiere la seguridad.
Me pagan para decirles que nada va a cambiar, no lo que vendrá.

Antes veía el futuro.
Pero ya no.

Ahora sólo veo lo evidente.
Como por ejemplo que tengo más clientes.

Por eso ahora soy Vicente el vidente de lo evidente.

miércoles, 1 de septiembre de 2010

El hombre silueta está triste.
No logra dar forma a la mujer de sus sueños.
Con todo su mágico talento no puede moldear las curvas de la mujer que pugna por salir de la jaula de su imaginación.
Él que logra arrancar de las entrañas de la oscuridad y
de la luz lo inimaginable, para asombro de la muchedumbre que en cada función lo aclama.

Y todo porque le falla el pulso cada vez que piensa en ella.
La mano le tiembla, no le responde.
Es su corazón traicionero.

El hombre silueta no puede esculpir las sombras que envuelven a su amada.
No puede hacer su trabajo.
Está enamorado y esa es su maldición.

El hombre silueta está triste.
Ahora ya sabemos porque.

domingo, 22 de agosto de 2010

Mi trabajo, cada noche, consiste en levantar tristezas de un peso impresionante.

Mi trabajo, cada noche, consiste en levantar tristezas de un peso impresionante.

Es un acto muy esperado por el público.

Supongo que les da morbo ver como mis músculos se tensan hasta casi estallar bajo este peso sobrehumano.

A veces, creo que no lo voy a conseguir.

Todo mi cuerpo cruje y mis huesos se empiezan a quebrar.

Pero al final siempre lo logro.

Y el público estalla en una gran ovación, aliviado.

Es un momento que disfruto mucho.

Debo reconocer que levantar tristezas me da mucha alegría y satisfacción.

Vamos, es lo mío.

¡¡¡Bienvenido!!!
Ya entraste al otro lado de mi espejo.
Toma asiento.
La función está a punto de comenzar...

martes, 15 de junio de 2010

Confesión 1:
7 vidas por vivir.
¡Pamplinas!
No creo en la reencarnación, sobre todo como excusa para huir de los compromisos de la vida.

‘‘No puedo’’, ‘‘No es el momento’’, ‘‘No, no, no’’.
Es muy fácil encerrarse en una caparazón de auto compasión y culpar al otro.
¡Que aburrido!

Ahora es cuando. Hoy, en este momento.

No te escapes pensando en que mañana sí lo harás.
Nadie dice que sea sencillo, pero es lo que hay.

Miráme, aparentemente lo tengo muy fácil:
Soy un gato urbano, vivo en un piso con terraza con vistas fantásticas, en el barrio de Grácia, cerca de los cines Verdi y tengo el sustento asegurado.

Por otro lado la mayoría de personas odia que cruce frente a ellas porque soy negro y dicen que eso da mala suerte.
Cada vez que veo mi reflejo no me reconozco como especie ya que nunca he visto otro gato.
Cada día como lo mismo.
Y estoy capado.

Pero no me lamento de nada. Ni sufro. Es lo que me toca. Punto.

Prefiero invertir mi energía en comprometerme con la vida, que en pensar e imaginar que vivo.
Te lo recomiendo.

Vive como si esta fuese la única vida que te toca.
Da igual si crees o no en la reencarnación.
Hazme caso, no vaya a ser que en tu próxima vida reencarnes como un animal invertebrado.
Uno nunca sabe.

Miau.










sábado, 8 de mayo de 2010

Relájate.
No intentes llenar los silencios.
No rechaces la mirada de quién está al otro lado del espejo contemplandote.
Respira con calma y mantente aquí contigo.
No te caerás.
Confía en tu sombra, ella nunca te abandonará.
Detente.
Mantente quieto.
Cierra los ojos.

Y deja que las cosas sucedan...

lunes, 3 de mayo de 2010

Intervención urbana.
Ubicación:Barcelona-Plaza del Nord
Realizada el Sábado 1 de Mayo de 2010 a las 13:30pm
por mujer asiática muy entrada en años que se me acercó
y colocando en mi mano tarjeta de cartulina mate de 9cm x 5cm (arriba expuesta) me dijo:
"Para cuando lo necesite joven".
Y sonriente siguió su camino quien sabe si hasta Shangai...

domingo, 2 de mayo de 2010


Tu mirada me penetra.
Llena mi vacío, une los pedazos rotos de mi corazón.
No me importa ni el antes, ni el después, ni el que dirán.

Tu mirada me hechiza.
Enciende y humedece mis deseos a la misma vez.
A todas horas.
Desde el alba hasta el anochecer.

Tu mirada me hace bello, grande y poderoso.
Me hace mover montañas, cambiar el curso de los ríos,
y cruzar a nado océanos de tiempo en busca de lo olvidado y perdido.
Me hace ser quién soy.
Aquí y ahora.
Nunca y para siempre.

El hechizo de tu mirada me permite pasar al otro lado del espejo.
Ser visible, táctil, corpóreo y tangible.

Nunca cierres los ojos, ni desvíes la mirada.

No quiero desaparecer.

martes, 27 de abril de 2010

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martes, 6 de abril de 2010



A los diez años, el día de mi primera comunión, decidí salir a la caza de mi ángel de la guarda.

La primera estrategia que utilicé fue la del acercamiento y la empatía.

La abuela Mamina me contó que si rezaba fervorosamente la oración dedicada a él, aparecería a mi diestra, sonriente. Así que me puse en ello. Sustraje las tijeras de costura de mi madre y cada noche rezaba su oración tres veces: “Ángel de la guarda, dulce compañía, no me desampares ni de noche ni de día, no me dejes sólo que me perdería”. Mientras lo hacia empuñaba las tijeras a la espera de su aparición y cuando lo viese, zas! Le cortaría las alas en un santiamén y ya no podría irse. Pero nada, durante tres meses recé con pía devoción y no le ví ni una puta pluma.

La segunda estrategia que adopté fue la de ir a su guarida disfrazado de oveja.

La Mamina se emocionó al verme rezar tanto y habló con el párroco del pueblo para que me tomase como monaguillo y así cimentar desde la casa del Señor mi creciente fe.

Por supuesto acepté sin chistar ya que en clase de catequesis me habían enseñado que una iglesia era la casa Dios y en su casa vivían todas sus amadas creaciones en dulce armonía. O sea que mi ángel de la guarda tendría que estar ahí en algún lugar.

Durante un año entero intenté darle caza con un arsenal tan variado e ingenioso que hasta el mismísimo Belcebú habría quedado cautivo en alguna de mis trampas. Utilicé toda la tecnología bélica de la época, trampas para ratones, papel encolado de esos que se utilizaban para atrapar moscas, alpiste envenenado y hasta una trampa para osos, reliquia de la familia. La operación fue un fracaso total y eso que no falté ni a una sola misa, ni matrimonio, bautizo, velorio, domingo de ramos, sábado de gloria, cuaresma, misa de gallo y confirmación.

Pero no me di por vencido, así que la siguiente estrategia fue estudiar a mi adversario para descubrir sus puntos débiles.

Solicité la ayuda del padre Simeón, quién estaba la mar de contento porque gracias a mi iluminada presencia e ingenio había acabado con la incómoda plaga de ratones, moscas, mosquitos y uno que otro cuervo de mal agüero.
Gracias a él tuve acceso a las sagradas escrituras y durante los siguientes tres años estudié palabra por palabra cada escrito y pergamino referente a los ángeles que cayó en mis manos. Para ello hasta aprendí latín. No descansé hasta descubrir una forma más sutil e inteligente de atrapar a mi ángel de la guarda. Hasta que di con ella. Tenía que descarriarme y arriesgar mi vida, sólo así él aparecería para salvarme y quedaría a mi merced.

Para horror de mi abuela y de toda la feligresía me descarrié muy rápidamente. Me fui de putas, fumé tabaco y marihuana, me bebí desde el vino de la misa, hasta las botellas de alcohol del botiquín de casa. Fui rojo, punki, metalero, progre, independentista y fascista. Encabecé marchas, estuve en la cárcel, participé en teatro callejero y okupé casas. Leí a Hesse, Kerouac, Hola e Interviú. Así desde los quince hasta los veinte años. Hasta que un día completamente colocado me tiré de un puente intentando matarme. Pero ni así le vi ni un solo de sus adorables bucles de oro. Sólo conseguí romperme las dos piernas y cuatro costillas.

En mi convalecencia elaboré una nueva estrategia de caza: La del hijo pródigo.

Ya recuperado pedí perdón a la Mamina y al padre Simeón, quién movió sus influencias para me aceptaran en el seminario y así poder ofrecer mi vida al Señor.

Los siguientes cuarenta años los dediqué con ahínco a ser el más puro, abnegado, trabajador y justo de los siervos de nuestro amado padre. Con rapidez empecé a ascender en el organigrama eclesiástico para asombro de algunos y envidia de muchos. Tenía claro que mientras más alto llegase más cerca estaría del cielo y más cerca de mi presa. En suma ya que mi ángel de la guarda no bajaba yo subía a por él.

En secreto también frecuenté todo tipo de sectas paganas y diabólicas, me inicié en el ocultismo, trabé amistad con médiums, salí de copas con charlatanes, me acosté con adivinadoras y bebí pócimas y brebajes alucinógenos. Nunca llegué a ver ni a Dios ni a sus ángeles.
Al demonio sí me lo encontré más de una vez.


Pero no desistí. En un viaje al Cáucaso adquirí una daga sagrada que había sido utilizada para matar dragones y según la leyenda esta arma era letal tanto en el cielo como en el infierno. Me propuse ver hasta que punto era cierta esta leyenda popular. Durante un año hice voto de silencio con la esperanza de escuchar el aletear de mi ángel de la guarda y así poder lanzarle mi daga asesina. Una vez más fallé en el intento.

A pesar de que mis continuos fracasos no he perdido la fe. Ahora me encuentro en el Vaticano y pronto contaré con la mejor de las oportunidades de dar caza a mi ángel de la guarda. Dios y el Diablo saben todo los sacrificios que he realizado para alcanzar mi ansiada meta. Humildemente creo que me lo merezco, aunque sé mejor que nadie que he pecado mucho y muy seguido, aunque eso lo dejo para el juicio final.

Las campanas han empezado a repicar, en pocos minutos seré investido como Sumo Pontífice de la Santa Iglesia.

Soy el nuevo Papa. La cacería, una vez más, ha comenzado.



jueves, 25 de marzo de 2010


Barcelona Criminal decide dejar de huir.
No vale la pena.
Barcelona Criminal desenfunda el revolver y le quita el seguro.
Si hay que morir más vale que sea matando.
Ahora se siente tranquilo.
Mejor irse de esta manera, quizá hasta salga en la primera plana de la Vanguardia de mañana Lunes. Lástima no estar para verlo. Gajes del oficio.

La primera bala impacta muy cerca de su cabeza, en la pared donde está apoyado. No le presta atención.
Del agujero de bala surge al instante un exuberante Helecho que se aloja en las grietas de la triste pared.

La segunda bala alcanza de lleno su hombro izquierdo, un rojo intenso brota de la herida, son pétalos de Rosa que en un momento cubren el suelo de esa esquina de la Vía Layetana. Se está desangrando con rapidez pero no le importa.

Barcelona Criminal dispara a ciegas, sabe que son varios los que vienen a por él. Sus disparos son explosiones de flores blancas de Jazmín que impregna el ambiente de un exquisito aroma.

Los disparos se suceden, no se ve absolutamente nada, recibe impactos en todo su cuerpo. Hiedras, Geranios, Violetas, Tulipanes y Azucenas empiezan a envolver su cuerpo a modo de mortaja.

Barcelona Criminal ve como una maravillosa Orquídea surge de su pecho abierto.

Barcelona Criminal sonríe y suspira.

Finalmente, la Primavera ha llegado.

miércoles, 10 de marzo de 2010

Cuando estoy en el metro veo mucha gente conectada a sus móviles, ipods y miniconsolas.
Por las mañanas, en el tren, no falta quien tiene un portátil abierto, leyendo sus correos electrónicos.
Los fines de semana, cuando paseo por la ciudad me cruzo con un número creciente de personas que hablan solas. Corrijo, están con el manos libres.
La otra vez fui a casa de una amiga, su hijo saltaba frenéticamente entre el portátil y la televisión incapaz de articular alguna palabra.
Una amiga me dice que si no estoy en alguna red social virtual, simplemente no existo.
El éxito se mide por la cantidad de amigos que tienes en facebook.
Dicen que todo esto nos lleva a estar conectados con el mundo, a romper barreras, a estar informados aquí y ahora de lo que sea, a ser más libres.
Jajaja!
¿Libres?
Llevo media hora intentando ser trascendente y/o gracioso escribiendo esto.
¿Para qué?
No sé
¿Por qué?
Porque tengo que “Estar”, según me han recomendado.
“Hacer ruido” Le llaman.
Dudo de publicar esto, es que dicen que hay empresas que buscan los rastros que vamos dejando en el cyberespacio y si uno no es políticamente correcto está frito cuando busca trabajo.

Suspiro

No soy libre, no entiendo, no comprendo los nuevos lenguajes.
Soy ciego, sordo y mudo.

Estoy atrapado en una realidad no virtual.

Prefiero tocar el cuerpo desnudo de mi mujer, que una pantalla táctil.
Soy un incomprendido
No tengo tele, menos tdt.
La gente se rie cuando lo cuento.
Soy un dinosaurio.

Suspiro

Me siento solo
Ojalá que alguien me lea.
Yo también quiero tener amigos al otro lado del espejo.